A pesar de que en muchas ocasiones su situación es precaria, los niños son la alegría y el futuro en cada país.

Viajando por algunos países en los que la situación económica no permite un nivel de bienestar social digno para sus habitantes, y los derechos humanos son en algunos casos muy precarios o inexistenetes, es habitual ver a niños de muy corta edad, trabajando o pidiendo por las calles. En muchos casos sus padres prefieren que salgan a la calle a pedir a los turistas en lugar de ir a la escuela, pues eso reporta dinero a la familia. Esta situación hace que los niños dejen de lado toda opción para mejorar su futuro, cerrando así el círculo de la pobreza y el subdesarrollo. No obstante no deja de sorprenderme la alegría que reflejan sus rostros, y las ganas de conocer que se esconde detrás de sus miradas.

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